Creo que todos tenemos historias similares respecto a nuestro interés en el aprender el tarot. Indistintamente si la primera vez que te leyeron las cartas fue porque alguien te llevó, o porque tú mismo tenias curiosidad y buscaste entre conocidos hasta que diste con un(a) tarotista, o si alguien en la calle simplemente se acercó a t a hablarte de tus cualidades y futuro, esa primera vez marcó tu vida. Ese primer contacto con el tarot y con asuntos esotéricos fue el paso inicial en este camino.
El camino del tarot puede ser corto o largo, pero definitivamente es un camino de vida. Cuando entra y uno lo acepta en su vida, es una herramienta que llega para quedarse. El tarot es eso: una herramienta. Es un medio por el cual el universo, Dios, nuestro yo superior, la Fuente, en fin, como quieras llamarlo, nos envía mensajes que tenemos que escuchar y conocer en el momento, para entonces nosotros ejercer nuestro libre albedrio. ¡Si! ¡Tal cual! Nosotros decidimos qué hacer con esa información maravillosa que nos llega.
Esa información, en algunos casos llega para advertirnos de nuestras acciones y sus consecuencias, e indicarnos que debemos de hacer cambios si queremos un resultado diferente. En otros casos nos advierte de cosas para que prepararnos y superar situaciones de la mejor manera posible. En definitiva, queda en nosotros el qué hacer con esa información: ¿la tomamos y nos accionamos en pro de nuestro bienestar? ¿la ignoramos y seguimos nuestro camino? ¿la tomamos, pero no hacemos nada?
La decisión está en ti… y, por ende, tu futuro también.
Contribución de:
GABRIELA QUINTANA (Psicóloga y Tarotista) Instagram: gaby.tarot.sydney